Un servicio a la sociedad único, definido y esencial: es decir, primero, el profesional reclama el monopolio de la actividad realizada, demostrando competencia; segundo, el usuario conozca que dicha actividad está bien definida y delimitada frente a otras; tercero, es un servicio del cual, ni la sociedad en su conjunto ni ninguno de sus integrantes pueden prescindir sin grave perjuicio para su bienestar.
Considerada como una vocación, se espera que el profesional se dedique en exclusividad, se identifique con los ideales de la misma (presentando más atención al servicio ofrecido que a las ganancias que le reporta) y se vincule solidariamente con el resto de miembros de la profesión, incorporándose a su organización propia (colegio o asociación).
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